En el año 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una hoja de ruta global compuesta por 17 objetivos interconectados. Esta iniciativa, conocida como la Agenda 2030, busca modificar el paradigma insostenible en torno al consumo y producción a nivel mundial. Tras la pandemia, la recuperación económica se ha convertido en una oportunidad para optar por un modelo en el que el desarrollo sostenible sea el punto de partida tanto para los gobiernos como para el sector empresarial.

Las Empresas B.I.C. y B, también conocidas como Empresas de Beneficio e Interés Colectivo, son los pilares de este nuevo enfoque empresarial. Estas empresas no solo buscan el lucro, sino que también priorizan el aporte social y ambiental, constituyendo el "triple impacto": un compromiso con accionistas, sociedad y medio ambiente. Además, las Empresas B han sido certificadas por "B Lab", una entidad sin fines de lucro de EE.UU., mientras que las B.I.C. son reconocidas y reguladas a nivel nacional.

En un contexto donde la reactivación económica es crucial, estas empresas ofrecen una opción a considerar para enfrentar los desafíos globales y construir un futuro más próspero y equitativo para todos.